viernes, 28 de abril de 2017

La herencia genética

La herencia genética es el proceso por el cual las características de los individuos se transmiten a su descendencia, ya sean características fisiológicas, morfológicas o bioquímicas. Estas características se transmiten debido a que cada progenitor del individuo traspasa una serie de cromosomas a éste, en los que se encuentran los genes que darán lugar al desarrollo de determinadas características. El número de cromosomas depende de la especie: los humanos tenemos 46 cromosomas mientras que los perros tienen 78. Cuando se produce la reproducción, el individuo resultante recibirá la mitad del número de cromosomas correspondiente a su especie de cada progenitor. De esta forma un humano recibe 23 cromosomas de su madre y otros 23 de su padre, mientras que un perro recibirá 39 de cada progenitor.
A pesar de recibir el mismo número de cromosomas de ambos progenitores, los mamíferos usamos más ADN del padre que de la madre.



Gracias a los avances en genética de las últimas décadas, es posible detectar durante el primer trimestre de gestación más del 98% de las anomalías cromosómicas. Este diagnóstico se realiza gracias a determinadas pruebas como la amniocentésis, que consiste en extraer una muestra de líquido amniótico del vientre de la madre, que contiene células del feto, y analizarlas. Otra prueba muy común es la biopsia corial, que consiste en la extracción de vellosidades coriales, que también contienen células fetales y se encuentran en la placenta. A través de estas vellosidades tienen lugar el intercambio entre la sangre materna y la fetal; De la madre pasan a la sangre fetal los nutrientes y el oxígeno, y del feto a la madre los catabólitos y el dióxido de carbono. Con estas pruebas podemos detectar enfermedades genéticas como el síndrome de Down.



La mayor parte de lo que podemos observar de nosotros mismos depende de la genética. Dependiendo de los genes de nuestros cromosomas que se expresen o no, se darán determinadas características. Por ejemplo, la estatura depende en un 80% de  la genética, aunque el 20% restante depende de la dieta. El color de ojos depende de la cantidad del pigmento melanina que tenga en el iris. Cuanto más pigmento, más oscuros serán los ojos. Los ojos azules, grises y verdes son más claros porque tienen menos melanina en el iris. Asimismo, la cantidad de melanina también depende de la genética. 

El ser humano tiene entre 20.000 y 25.000 genes.

Aunque generalmente el ADN de cada persona es único, puede darse le caso de que dos más personas compartan el ADN. Esto sucede en los gemelos monocigóticos, que proceden de un único óvulo. Por esto, este tipo de gemelos comparten, de manera absoluta, el 100% de sus genes, pero durante su crecimiento se dan pequeñas variaciones genéticas. Se podría decir que son clones, pero a partir de un proceso natural. A pesar de tener el mismo ADN, sus huellas dactilares no pueden ser idénticas.  Habrá, siempre, al menos una mínima diferencia que diferencie uno de otro. Estas huellas se forman durante la gestación.

Gracias a que cada persona tiene un ADN único, se puede utilizar el ADN  para identificar a los individuos. Para esto se utiliza la huella genética, que es la técnica utilizada para distinguir individuos entre sí utilizando muestras de su ADN.
Como la mayoría de las veces nuestro ADN es único, puede surgirnos esta pregunta: si donas sangre, ¿estás donando tu ADN? La respuesta es no, ya que las células que se encuentran en la sangre son hematíes y plaquetas, que carecen de núcleo, que es donde se encuentra el ADN.


Como conclusión decir que en pequeña medida, la genética influye a la hora de desarrollar talentos y habilidades, pero hay otras variables que influyen de forma muy importante a este desarrollo, como el entorno familiar y sobretodo el trabajo duro y el esfuerzo.

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